jueves, 10 de septiembre de 2009

EL SOL Y LA LUNA


Había una vez un lugar en el que la noche era oscura, sin ninguna luz de ningún tipo. En ese mundo vivían dos hermanos, uno llamado Sol y otra Luna. Sol era el madrugador, el que siempre quería hacer las cosas el primero; a Luna no le importaba demasiado hacer sus tareas, no le gustaba madrugar ni pavonearse ante todos como a su hermano Sol.

Un día Luna le preguntó a Sol que qué esperaba de la vida, sino quería hecer algo más, si alguna vez había pensado en salirse de sus obligaciones para experimentar nuevas sensaciones. Sol le respondió que eso no era su deber, él tenía claro cuál era su obligación: dar luz y vida donde no la hay y le dijo a Luna que se olvidara de esas tonterías que cada uno tenía que hacer lo que tiene que hacer sin pararse a pensar en nada. Así Luna, que era la hermana menor, se fue entristeciendo poco a poco, día tras día y en uno de ellos, sin más, Luna empezó a perder su luz, la luz que Sol reflejaba en ella. Sol al verla tan triste hizo un pacto para ver si recuperaba su brillo: "Luna si quieres podemos hacer una cosa, por cada día que no te sientas feliz puedes visitar el mundo por la noche, y quedarte el tiempo que necesites para ver ese mundo que tanto quieres y experimentar esas nuevas sensaciones". Luna, al ver que su hermano mayor le daba permiso aceptó ese pacto. Esa mismo día, luna no se acostó y vió el mundo que tanto quería y por el que tanto se maravillaba, paseándose durante toda la noche sintió unos momentos de felicidad que brotaron lágrimas de sus ojos naciendo así las estrellas que le hacen compañía. Al día siguiente cuando vio a Sol le contó lo que había visto todo lo que sintió en ese momento y Sol se conmovió tanto que le dejó otro día visitara a la noche . Luna estaba atónita y poco a poco empezó a hablar con la noche sobre la belleza del mundo, sobre cómo se sentía y todo lo que estaba experimentando. Poco a poco luna se fue enamorando de la noche y empezó a brillar mucho más fuerte, con más intensidad casi que el propio Sol. Pero luna sabía una cosa, no podía quedarse siempre con la noche porque echaría de menos a su hermano mayor, así que se le ocurrió la idea de que una vez al mes luna le visitaría . Por eso cuando nosotros miramos al cielo, en una noche despejada y no vemos a luna es porque está hablando con su hermano Sol. Sin embargo la noche no se queda en total oscuridad porque las estrellas son las lágrimas que nacieron de luna en una noche de sueños.


Y recordad que Luna casi todas las noches nos sonríe porque es feliz.

1 comentario:

  1. Me encantan estos pendientes, son mis preferidos...y ya los tengo en mi poder, jejeje

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